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En el siglo XVI Polonia y España parecían estar en dos extremos del cristianismo latino en la fase de su derrumbe y del cual, a lo largo de unas pocas generaciones, surgiría la Europa moderna. ¿O, quizás, es lo que hoy tan solo nos parece? ¿Quizás nuestros méritos no siempre apreciados en Europa y nuestro destino no siempre feliz es lo que condiciona nuestra mirada? Sea como sea, sí reconocemos que la reforma protestante y la reforma católica se entendieron en ambos países de una manera muy distinta. Esto tenía sus causas y traía varias consecuencias. En aquel entonces ambos países parecían desarrollarse de forma distinta. La unión de Castilla con Aragón sentó las bases de un imperio, la unión de Polonia y Lituania culminó en la creación de la República Nobiliaria (Rzeczpospolita). Fueron, por ende, dos mundos, claramente distintos, pero no tan lejanos como pudiera parecer midiendo el tiempo del viaje entre la Corte del Rey Católico y Cracovia.
El resto de números de la sección se pueden consultar en el catálogo de libros en venta o en la Biblioteca Central del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.
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