Desde 1979, el país atraviesa una situación de conflicto continuo, con episodios recurrentes de violencia. En la actualidad siguen produciéndose ocasionalmente combates armados, ataques con bomba y secuestros a mano armada, que pueden provocar víctimas mortales.
Estas condiciones de inseguridad determinan decisivamente la vida tanto de los afganos como de los extranjeros en todo el país, especialmente en Kabul y otras grandes ciudades.
Se insta encarecidamente no viajar a Afganistán y, si finalmente se decide hacerlo, extremar las medidas de seguridad y autoprotección y restringir al máximo los desplazamientos y el tránsito por vías públicas. Se recomienda evitar lugares públicos, especialmente los centros oficiales y cualquier sitio susceptible de aglomeraciones y presencia de extranjeros como mercados, hoteles, pensiones, restaurantes y otros que podrían ser objeto de atentados, tanto indiscriminados como específicamente contra extranjeros, los cuales pueden ser objeto de secuestro incluso por motivos económicos.
Se subraya la necesidad de contar con un seguro médico de viaje adecuado y válido, que cubra aquellos gastos que pudieran ocasionar su repatriación por motivos de urgencia, hospitalización y defunción; y que cubra todo el periodo de estancia o tránsito previsto, recomendando una cobertura mínima aplicable a todos los supuestos citados de 30.000 USD.
Se desaconseja la vía terrestre para entrar en el país. Algunos pasos fronterizos ven suspendido el tránsito de vez en cuando o permanecen cerrados y no ofrecen garantías de seguridad.
En todo caso, si se decide viajar, se recomienda encarecidamente ponerse previamente en contacto con la Embajada de España en Afganistán, emb.kabul@maec.es.
Zonas de riesgo (deben ser evitadas): Todas, muy especialmente en el Sur y en el Este del país, así como en la capital, Kabul.
Zonas de riesgo medio: Ninguna.
Zonas sin problemas: Ninguna.