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Ante los participantes del sector privado en esta Conferencia, Sánchez ha insistido en pedirle "a la comunidad empresarial" que "apuesten por los países en desarrollo e inviertan allí donde otros todavía ven incertidumbre"; en definitiva "que ayuden a generar riqueza, empleo, tecnología y cadenas de valor sostenibles" en estos países.
"Sabemos que no es fácil", pero nadie "pide una quimera". Como dijo el teólogo y matemático William George Ward, "el pesimista se queja del viento; el optimista espera que el viento cambie; y el realista ajusta las velas. Y yo les animo a que ajustemos conjuntamente las velas. Todos juntos: el sector público y el privado, el gobierno y las empresas", subrayó.
"Tenemos una gran oportunidad por delante para combatir la pobreza, el cambio climático y la volatilidad financiera que aquejan a los países en desarrollo. Para no dejar atrás a millones de personas que viven aquí enfrente, a solo 14 kilómetros de nuestras costas, pero también para que los logros que consigamos redunden en lo mejor para quienes tenemos el privilegio de habitar esta otra orilla".
"Estamos a tiempo de ampliar mecanismos de financiación innovadores que impulsen transformaciones innovadoras, inversiones estables, inversiones orientadas al largo plazo que generen verdaderas oportunidades en los países receptores", señaló el presidente Sánchez. "Los países en desarrollo deben crear un entorno más propicio, por tanto, más seguridad jurídica", y las empresas invertir, crear empleo y pagar los impuestos que les permitan progresar; "en eso consiste el contrato global por el desarrollo sostenible que proponemos".
"No lo olvidemos: sin sistemas fiscales sólidos, estas naciones no podrán financiar servicios públicos esenciales, ni infraestructuras, ni la estabilidad institucional que, a su vez, son condiciones necesarias para su inversión. La prosperidad debe ser un círculo virtuoso y no un juego de suma cero".
Conectemos ideas con capital, necesidades con soluciones, propuestas con alianzas, y personas con posibilidades -ha insistido el presidente del Gobierno-. "El coste de no hacer nada son cientos de oportunidades perdidas para nuestras empresas, pero también millones de vidas que se pueden quedar por el camino".
La Moncloa