El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha presentado este martes 9 de diciembre, en el Consejo de Ministros, la nueva Estrategia de Cooperación Feminista de la Cooperación Española, así como el Plan Nacional de Acción de Mujeres, Paz y Seguridad 2025-2030, en el marco de la Política Exterior Feminista de España. Con estas medidas, el Gobierno refuerza su compromiso con la defensa de la igualdad de género y la transformación de las estructuras de poder que perpetúan la discriminación, desde un enfoque transversal que prioriza la igualdad, el empoderamiento y la erradicación de la violencia contra mujeres y niñas.
De esta forma, España continúa siendo un referente internacional en materia de políticas públicas feministas, contribuyendo a transformar las estructuras sociales, políticas y económicas discriminatorias para lograr la igualdad de género en el mundo y cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
La nueva Estrategia de Cooperación Feminista, consensuada por todos los actores de la Cooperación y validada por los principales órganos consultivos, se adapta a los avances conceptuales y normativos, así como a los compromisos internacionales y nacionales en materia de igualdad de género, en un momento de crisis del multilateralismo y de cuestionamiento de los marcos internacionales de derechos humanos y de desarrollo sostenible en el que los derechos de las mujeres y las niñas se ven amenazados.
Cuatro pilares
La iniciativa se sustenta sobre cuatro pilares: derechos, representación, recursos y alianzas. Con ellos se pretende avanzar hacia la consecución plena y efectiva de los derechos de las mujeres, las adolescentes y las niñas a nivel global, fomentando la participación femenina en puestos de liderazgo, así como incrementar los recursos económicos y humanos orientados a combatir las desigualdades de género. Por último, el documento aboga por el impulso de grandes alianzas estratégicas que hagan realidad la promesa de construir un mundo más justo para todas las personas.
La Estrategia de Cooperación Feminista surge en un momento de profunda transformación de la Cooperación Española, tras la aprobación y despliegue de la Ley 1/2023, con la que el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación pretende proyectar al mundo el compromiso de la ciudadanía española con la solidaridad, la igualdad y la justicia social, e impulsar nuevos marcos estratégicos que fortalezcan el trabajo conjunto de todos los actores de la cooperación para hacer frente a los desafíos globales.
Paz sostenible
Con una situación global en la que la violencia sexual es usada de forma sistemática como arma de guerra y los recortes en ayuda para el desarrollo ponen en riesgo la autonomía de millones de mujeres en el mundo, el tercer Plan Nacional de Mujeres, Paz y Seguridad 2025-2030 se presenta con la convicción de que la paz y la seguridad solo son sostenibles cuando las mujeres participan plenamente en su construcción, cuando sus derechos se protegen y cuando su liderazgo se reconoce.
Este Plan se estructura en cinco líneas estratégicas de acción que definen la forma en la que España desarrollará esta Agenda de Naciones Unidas para construir un mundo más seguro, más justo y más igualitario. La primera de ellas es la prevención de crisis y conflictos, con la apuesta por la diplomacia preventiva, la participación paritaria en espacios de decisión y el empoderamiento económico y político de las mujeres como herramientas de estabilidad social.
Basándose en la evidencia del estudio global comisionado por ONU-Mujeres, de que cuando las mujeres están en la mesa de negociación los acuerdos de paz son más duraderos, más inclusivos y más eficaces, la segunda línea estratégica apuesta por la participación plena, igualitaria, segura y significativa de las mujeres en todos los procesos de paz, mediación, desarme y toma de decisiones.
La tercera línea se centra en la protección de los derechos humanos de mujeres y niñas, con una posición rotunda de tolerancia cero frente a todas las formas de violencia sexual en conflictos. Por su parte, la cuarta línea garantiza la integración de la perspectiva de género en la acción humanitaria, incluido el acceso a la salud sexual y reproductiva.
Finalmente, la quinta línea consolida la institucionalización de la Agenda de Mujeres, Paz y Seguridad en toda la Administración General del Estado, asegurando coherencia de políticas, recursos presupuestarios, indicadores específicos y mecanismos de rendición de cuentas.