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Mediterraneoa

El Mediterráneo constituye una de las prioridades de la política exterior española y, también, un área de atención prioritaria para la Unión Europea. Su estabilidad y su prosperidad inciden en las de España y en las de los demás miembros de la Unión Europea. Nuestra relación con el Mediterráneo y con los países de la ribera oriental y meridional no es de mera vecindad sino de partenariado e interdependencia.

En las últimas décadas, la región mediterránea ha sufrido cambios profundos que han hecho de ella una zona notablemente compleja y diversa. Además, en un período marcado por tensiones globales y crisis poliédricas, el Mediterráneo ha sido escenario de la emergencia de nuevos actores y del surgimiento de desafíos derivados de procesos de transición política, conflictos armados, disparidades socioeconómicas, flujos migratorios, alteraciones en el mercado energético o la transición digital.


​Al tiempo que ha impulsado el lanzamiento y modernización de la Política Europea de Vecindad en su dimensión meridional, España ha participado y sigue participando activamente en un conjunto de iniciativas y foros regionales en los que se aboga por el fortalecimiento del partenariado mediterráneo y la coherencia de las agendas y programas de acción.

En el ámbito multilateral, España es miembro fundador e impulsor de la Unión por el Mediterráneo (UpM), una organización intergubernamental a la que pertenecen 43 países, incluidos los 27 Estados Miembros de la Unión Europea y 16 países del Este y Sur del Mediterráneo. La UpM fue creada en 2008 como heredera y continuadora del Proceso de Barcelona, con el objetivo de convertir la región mediterránea en un espacio común de paz, estabilidad, prosperidad y seguridad. Para ello, la organización ha venido desplegando su acción en torno a tres grandes áreas:  diálogo político, cooperación regional y apoyo a proyectos con impacto directo en la ciudadanía. La organización institucional de la UpM se basa en los principios de coapropiación de las decisiones – tomadas por consenso – y corresponsabilidad entre los miembros del norte y los del sur del Mediterráneo. En la definición y puesta en práctica de su programa de trabajo, la UpM celebra reuniones ministeriales  - tanto de Ministros de Asuntos Exteriores  como de titulares de carteras sectoriales - , así como reuniones técnicas de altos funcionarios y responsables de proyectos en áreas como economía azul o digital, cultura, empleo y trabajo, energía, medio ambiente, educación superior, cooperación industrial, planeamiento regional, investigación e innovación, fortalecimiento del papel de la mujer en la sociedad, desarrollo urbano, comercio, transporte o gestión de agua.  La Secretaría General de la UpM tiene su sede en Barcelona.

Por otra parte, la cooperación entre los países de la cuenca del Mediterráneo occidental es la base del denominado “Diálogo 5+5”, integrado por España, Portugal, Francia, Italia y Malta, por el lado europeo, y por los cinco países del Magreb, Marruecos, Argelia, Libia, Mauritania y Túnez. Este foro se estableció en 1990 con dicho nombre o “Foro del Mediterráneo occidental” para la cooperación reforzada entre las dos orillas del Mediterráneo y se traduce en un conjunto de reuniones ministeriales que han demostrado tener una gran utilidad práctica. A modo de ejemplo, en marzo de 2015, en la primera reunión ministerial sobre Agua, se aprobó la Estrategia del Agua para el Mediterráneo Occidental, iniciativa de España y Argelia.

Asimismo, desde 1994, los países de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) invitan a los Socios Mediterráneos para la Cooperación a participar en actividades propias de la organización y a intensificar el diálogo. En esta iniciativa se incluyen Argelia, Egipto, Israel, Jordania, Marruecos y Túnez. El objetiv​o es mantener la seguridad en la región de la OSCE y la Cuenca Sur del Mediterráneo a través del diálogo, la adopción de normas en común y compromisos, la cooperación en los ámbitos de actividad de la OSCE y la transferencia de la experiencia de la OSCE.

Por otra parte, el denominado Diálogo Mediterráneo de la OTAN surgió en 1994, impulsado por España. Agrupa a siete países no miembros de la alianza estratégica de la región mediterránea -Argelia, Egipto, Israel, Jordania, Mauritania, Marruecos y Túnez- y su objetivo principal es consolidar la seguridad en Europa, estrechamente ligada a la seguridad y estabilidad del Mediterráneo.

Otro marco de cooperación entre estas regiones es el Programa MENA (Middle East and North African Countries) de la OCDE, que prima el desarrollo y la creación de un clima favorable para la iniciativa empresarial y el crecimiento económico en ambos sentidos. Puesto en marcha a finales de 2004, el Programa MENA es el primero en el que la OCDE desarrolla su actividad con los países árabes.



 

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