El índice de criminalidad es bajo aunque ocasionalmente se han producido incidentes con extranjeros. Se han dado casos de extorsión por parte de presuntos policías, en cuyo caso conviene insistir en acudir a la comisaría más próxima para zanjar el asunto.
En general, se recomienda ser prudente, evitando cualquier ostentación, en particular en zonas poco concurridas y de noche.
El acceso a las áreas fronterizas con terceros países suele estar cerrado a los extranjeros, con la excepción de los puntos de tránsito. Estas zonas sólo pueden ser visitadas con la autorización correspondiente previa.
Zonas de riesgo (deben ser evitadas):
Independientemente de que Uzbekistán es un país cuyas autoridades han apostado por la seguridad y la estabilidad y de hecho, existe una fuerte presencia policial en las principales ciudades turísticas, como son Samarcanda, Bujara, Jiva y Nukus, hay que tener en cuenta que en un pasado no muy lejano ha habido riesgo de infiltración islamista y peligro de minas antipersona y por lo tanto, se recomienda prudencia al viajar a las zonas de montaña y fronterizas con Kirguistán y Tayikistán, el valle de Fergana, la ciudad de Andiján y la región de Surjandaria (al sudeste de Uzbekistán que limita con Afganistán y Tayikistán).
Por otro lado, se recuerda que el cruce de la frontera con Afganistán está desaconsejado bajo cualquier circunstancia. En todo caso, se trata de un desplazamiento que requiere un visado y, en ocasiones, una autorización especial uzbeca.
Zonas de riesgo medio:
Ninguna.
Zonas sin problemas:
Resto del país con las precauciones mencionadas.