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DIRECTOR GENERAL DE CASA ÁRABE

Entrevista con Eduardo López Busquets

El director general de Casa Árabe fue el responsable de coordinar la reunión en Córdoba de representantes de diversos grupos de la oposición moderada al régimen de Bashar Al Assad y de personalidades y miembros de la sociedad civil de Siria
22 de enero de 2014

La  sede de Casa Árabe en Córdoba, en colaboración con el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, y con la participación del Servicio Europeo de Acción Exterior y de la Cátedra Unesco de Resolución de Conflictos de la Universidad de Córdoba, facilitó y proporcionó el apoyo logístico necesario para esta reunión.

— ¿Cuál era el objetivo de la reunión de opositores sirios en Córdoba?
— El objetivo era ofrecer la posibilidad de que el mayor número de representantes de diversos grupos de la oposición moderada siria pudiera reunirse a dialogar y buscar puntos de consenso de cara a incrementar su cohesión frente a los retos que supone la situación actual. Entre los participantes había personalidades políticas, militares, religiosas y miembros de la sociedad civil de Siria. El encuentro se enmarcaba dentro de los esfuerzos internacionales que se desarrollan en la actualidad con vistas a la conferencia Ginebra II, que tienen lugar en la ciudad de Montreux el día 22 de este mes de enero, así como a reforzar el proceso de transición que debe abrirse a continuación de ésta.


— ¿Se ha logrado ese objetivo marcado?
— Se ha logrado totalmente. Ésta era una reunión extremadamente difícil de organizar pero finalmente España ha conseguido que se trasladen 150 personalidades de la oposición siria que han encontrado en la ciudad de Córdoba un magnifico escenario para debatir durante tres días sin intervención alguna de fuerzas exteriores.
De lo que ha trascendido de la reunión se constata que han sido capaces de acordar elementos de consenso y establecer alianzas adecuadas. Al final de las dos jornadas de trabajo se han puesto de acuerdo para emitir varios mensajes: un primer mensaje a la comunidad internacional en la que instan a seguir con el proceso de Ginebra I exigiendo garantías para su cumplimiento, y otro mensaje dirigido a la sociedad siria donde se llama a una conferencia nacional general que se celebraría en el interior de Siria o en el punto más cercano a la frontera siria. La Declaración de Córdoba recoge cinco puntos, entre ellos, la reafirmación de la integridad territorial y nacional de Siria, la búsqueda de herramientas que garanticen la independencia nacional, la salida política como objetivo primordial pero no el único y la reconstrucción de Siria siguiendo un contrato social que respete la pluralidad de ideologías, religiones y etnias.

—  ¿Cree usted que se volverá a organizar una reunión de consulta de este tipo?
— Es muy pronto para decirlo, pero el Gobierno español y en concreto el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación lleva bastante tiempo fomentando diversas actividades de las fuerzas políticas y sociales sirias con el objetivo de acompañar el proceso de transición hacia la democracia. Estamos abiertos a la organización de este mismo tipo de consultas si los protagonistas así lo desean. Por ahora se seguirá de cerca el proceso de Ginebra y España dará apoyo a las iniciativas en las que pueda contribuir con su experiencia, de forma similar a como en su momento las diferentes fundaciones europeas apoyaron a la transición española.

— ¿Considera que la ciudad de Córdoba es adecuada para reuniones o foros similares?
— Córdoba es una ciudad extraordinaria para la celebración de este tipo de eventos, en especial aquellos vinculados con el mundo árabe. Su pasado histórico y su proyección internacional actual son activos de primer orden para organizar reuniones, conferencias y seminarios. El centro histórico de Córdoba es, en general, muy acogedor y constituye un marco perfecto para dialogar y debatir.
En el caso de los sirios es aún más claro, ya que Córdoba y Damasco son ciudades hermanadas por el pasado omeya, pero también por el paisaje y el clima. En definitiva, la tranquilidad y las dimensiones de la ciudad también permiten que estas reuniones propicien un clima de retiro, al margen de de distracciones, y en este caso particular, de la cruenta guerra que azota Siria.
Casa Árabe aspira a consolidar su sede de Córdoba como un centro de referencia en procesos de formación y reforzamiento institucional así como para la diseminación de información política, económica y cultural vinculada  prioritariamente con el mundo árabe e islámico.

— Casa Árabe, a través de su programa de gobernanza, ¿ha hecho alguna otra actividad en relación con el conflicto en Siria?
— Casa Árabe abarca un amplio espectro en el programa de Gobernanza, que incluye los principales países de las llamadas “primaveras árabes”. Sin embargo, Siria ha ocupado durante 2013 un espacio preponderante. Se han organizado una serie de conferencias, seminarios y encuentros para el diálogo y el análisis. Entre estos se pueden destacar: “El papel de los países del Golfo en el conflicto sirio”, "El renacimiento del sectarismo en Oriente Medio”, “Sunníes y chiíes: lecturas políticas de una dicotomía religiosa”, “Implicaciones regionales e internacionales del conflicto sirio” y “Sin armas de fuego: resistencia y sociedad civil en Siria”.

 
— ¿Cuál es el valor añadido de Casa Árabe en la promoción de las relaciones tanto políticas como sociales y culturales de España con los países árabes?
— Casa Árabe es un instrumento de diplomacia pública, goza de gran flexibilidad y capacidad de intervención. Cuenta con recursos de todo tipo, incluidos profesionales de alto nivel y una importante red de expertos, que le permite abordar desafíos como ha supuesto una reunión de estas características; éste es su gran añadido.
Además, la ubicación geográfica de la institución, con sus dos magníficas sedes de Madrid y Córdoba, aunada al papel de España en la Unión Europea y en el Mediterráneo, coloca a Casa Árabe en una auténtica situación privilegiada para fomentar los vínculos económicos, encauzar el diálogo cultural y analizar los cambios sociopolíticos que afectan a los países árabes e islámicos.

El perfil 
Eduardo López Busquets nació en Valencia en 1957; es licenciado en Derecho e ingresó en la carrera diplomática en 1986. Desde entonces, ha ocupado diversos puestos en el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación y ha estado destinado en las representaciones de España en Colombia, Irán, Permanente ante la OTAN, Argel y México. En abril de 2006, fue nombrado director general de Relaciones Informativas e Institucionales en la exposición internacional de Zaragoza 2008, y en junio de 2009, embajador en la República de Mozambique.  Desde  marzo de 2012 ocupa la Dirección General de Casa Árabe.