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Nuestra historia

El 14 de diciembre de 1955 se produjo el ingreso de España en Naciones Unidas. La entrada de nuestro país en esta organización multilateral supuso, y sigue siéndolo, un hito fundamental de la política exterior española, puesto que permite que España forme parte del único foro mundial donde están presentes 193 Estados de todo el mundo y donde se debaten y negocian asuntos generales que nos afectan a todos, desde el cambio climático, los derechos humanos o las migraciones, por mencionar solo algunos; o donde se intentan alcanzar soluciones en conflictos alrededor del mundo.

Estas décadas juntos han servido para reforzar el compromiso de España con los Principios y Propósitos de Naciones Unidas, recogidos en la Carta de San Francisco, y también con sus valores, en los que nos reconocemos hoy en día de forma plena.

En este tiempo, España y las Naciones Unidas han evolucionado y también han crecido juntas, afianzándose poco a poco una cada vez mayor presencia de nuestro país en la Organización, que cuenta hoy con más de 1.700 profesionales españoles trabajando en Naciones Unidas.

El papel de España ante Naciones Unidas

España ha servido en cinco ocasiones como miembro no permanente del Consejo de Seguridad (1969-1970, 1981-1982, 1993-1994, 2003-2004 y 2015-2016), es decir, aproximadamente una vez cada diez años.

Ámbitos de actuación 

En cuanto a las decisiones que son de especial relevancia para nuestro país, destaca la lucha contra el terrorismo, una cuestión especialmente sensible para España, que impulsó la creación del Comité contra el Terrorismo del Consejo de Seguridad y la adopción por unanimidad en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de la Resolución 2322 sobre cooperación judicial internacional en materia de terrorismo en diciembre de 2016.

Asimismo, en sus años en Naciones Unidas, España también ha contribuido a fortalecer las estructuras de desarme y no proliferación. Este es un hecho que fue reconocido en 2015 con la presidencia española de tres comités vinculados a cuestiones de desarme y no proliferación durante nuestra presencia como miembro no permanente en el Consejo de Seguridad.

España ha apostado por la mediación y la diplomacia preventiva. En este ámbito, con el objetivo de construir puentes de cooperación entre diferentes comunidades, culturas y civilizaciones, España lanzó en 2005, junto a Turquía, la Alianza de Civilizaciones, principal foro para el entendimiento intercultural e interreligioso, y se ha mostrado muy activa en cuestiones de mediación con la Iniciativa para la Mediación en el Mediterráneo, puesta en marcha junto con Marruecos, o con la creación del Centro de diálogo intercultural e interreligioso KAIICID, con sede en Viena y creado en 2012 por España, Austria, Arabia Saudí y la Santa Sede.

España es un país solidario y un socio comprometido con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), de modo que la experiencia acumulada ha permitido también a nuestro país destacar en varios sectores de desarrollo. Uno de ellos es el del acceso al agua y al saneamiento, clave en la lucha contra la pobreza. España también ha querido mostrar su solidaridad a través del apoyo a agencias y programas de ayuda humanitaria. Por esta razón, en el año 2012 se estableció, por acuerdo con el Programa Mundial de Alimentos, el único centro logístico de distribución de ayuda humanitaria de Europa en el Puerto de la Luz de Las Palmas de Gran Canaria.

Desde la transición a la democracia, el compromiso de España con los derechos humanos ha sido total, tanto en su protección como en su promoción. En particular, la acción de España en este ámbito se centra en la actualidad en la lucha contra la pena de muerte, la no discriminación por razón de género o de orientación sexual, la protección de defensores de derechos humanos, los derechos de las personas con discapacidad y la promoción de los derechos humanos al agua potable y al saneamiento

En materia de derechos humanos, las Naciones Unidas han ido a la vanguardia desde su creación, y, de hecho, nuestra Constitución, en su artículo décimo, reconoce de forma expresa el valor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, como referente para nuestro sistema de derechos.

Como muestra de este compromiso, España ha ratificado los textos más relevantes en materia de derechos humanos, entre ellos los Pactos de Nueva York, de Derechos Civiles y Políticos y de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el 13 de abril de 1977, o la Convención sobre eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer el 5 de enero de 1984.

Precisamente en la defensa de la igualdad de género, España se ha convertido en un actor de referencia, con acciones como el apoyo a la creación de ONU-Mujeres, en la que nuestro país ha sido el principal contribuyente. En el marco de nuestro mandato como miembro no permanente del Consejo de Seguridad impulsamos el proceso de revisión de la Resolución 1325 (2000) sobre Mujeres, Paz y Seguridad que llevó a la adopción por unanimidad de la Resolución 2242, el 13 de octubre de 2015.


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