Hay en la actualidad un consenso científico en torno a que el modelo de producción y de consumo está alterando el clima del planeta. Y ello -advierten los expertos-, se puede traducir en severos impactos de toda índole.
El proceso de calentamiento de la Tierra es lento y se remonta al siglo XIX. Desde la Revolución Industrial se ha producido un aumento aproximado de un 25% en la concentración atmosférica de dióxido de carbono (CO2), un 19% de óxidos nitrosos, un 100% de metano y más de un 200% de CFCs, causantes del efecto invernadero. Desde entonces, la temperatura media se ha elevado 0,8 grados centígrados sobre los niveles preindustriales y los expertos advierten de que si suben las temperaturas globales por encima de la variabilidad natural del clima será imposible detener y evitar impactos, en ocasiones catastróficos y, sobre todo, desconocidos.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible fue firmada en 2015 por los jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de Naciones Unidas. Representa el compromiso internacional para hacer frente a los retos sociales, económicos y medioambientales de la globalización, poniendo en el centro a las personas, el planeta, la prosperidad y la paz, bajo el lema de "no dejar a nadie atrás".