Hoy les confieso una pequeña rareza: mi pasión por los asuntos filológicos. Y, con esa excusa, les propongo una breve reflexión sobre la labor de un diplomático español en América Latina.
Así, descontextualizado, “El Farolito” suena a apodo de cantaor o a nombre de restaurante con vistas al mar. Pero en San José, que ni tiene playa ni es la meca del flamenco, todo el mundo sabe que “El Farolito” es el Centro Cultural de España.
Cada vez que oigo esa frase pienso: “pero cuánto daño han hecho los anuncios de bombones”.
En la “Suiza Centroamericana” ir a votar es una fiesta. Y no me refiero a la tan manida metáfora de la “fiesta de la democracia”.
O las peripecias de una diplomática española tratando de orientarse en San José
A menudo (¿siempre?) descubrimos cómo somos realmente a través de la mirada del otro… o bien mirándonos a nosotros mismos desde cierta distancia. Veamos.