Su objetivo es estrechar las relaciones con los países vecinos con el objetivo de reforzar la asociación política y la integración económica de estos países con la UE mejorando así la prosperidad, la estabilidad y la seguridad común en el amplio ámbito geográfico de la vecindad oriental y meridional animando políticamente y acompañando financieramente los procesos de modernización y reforma decididos por los países vecinos.
La PEV cubre los países vecinos meridionales y orientales de la UE (Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Egipto, Jordania, Siria, Israel, Autoridad Nacional Palestina, Líbano, Azerbaiyán, Armenia, Georgia, Moldavia, Bielorrusia y Ucrania). No están incluidos los paísespara los que existen perspectivas de adhesión a la UE -Turquía, Islandia, Balcanes Occidentales-. La PEV es una política compacta diferente a la ampliación pero no prejuzga posibles futuros desarrollos institucionales si se cumplen los términos estipulados en el Tratado.
A través de esta política, la UE propone a sus vecinos “una relación privilegiada”, basada en un compromiso mutuo en favor de valores comunes, como la democracia y los derechos humanos, el estado de derecho, la buena gobernanza, los principios de la economía de mercado y el desarrollo sostenible y socialmente inclusivo . El compromiso de cada vecino en términos prácticos respecto a estos valores dará mayor o menor profundidad a dicha relación política y económica. En esto consiste el principio de diferenciación, fundamental en la ejecución de la PEV.
Los documentos estratégicos de base de la UE sobre la Política de Vecindad se iniciaron con una comunicación de la Comisión sobre la Europa ampliada (marzo de 2003) y un documento estratégico de mayo de 2004. Desde entonces muchas han sido las mejoras y ampliaciones del esquema de ofertas de esta Política tanto en su vía bilateral como multilateral. En 2006 y 2007 hubo un primer refuerzo de la PEV (creación de la denominación “Partenariado Oriental” para referirse a la actuación de la PEV respecto a los vecinos orientales; expectativas de sinergias entre la PEV y la Unión para el Mediterráneo). El último gran refuerzo se ha consolidado en 2011 al que ha influido el proceso de Primavera Árabe en la vecindad mediterránea. La Comunicación Conjunta de la AR/VP y de la Comisión de 25 de mayo de 2011 “Una Nueva Respuesta para una Vecindad en cambio” desarrollada por otras comunicaciones temáticas y Hojas de Ruta para las vertientes geográficas meridional y oriental de la PEV crean las bases para un nueva Política Europea de Vecindad con más asistencia financiera, nuevas ofertas (en especial en acceso a mercados y movilidad) y mayor atención a los procesos de reformas democráticas y sociedad civil
Contractualmente, la Política Europea de Vecindad se basa en la existencia previa de acuerdos bilaterales entre la UE y la mayoría de países vecinos (acuerdos de asociación mediterráneos con los vecinos meridionales y acuerdos de cooperación con los vecinos orientales). Dichos acuerdos bilaterales incluyen gran variedad de capítulos: diálogo político y seguridad, desarrollo económico, relaciones comerciales, la movilidad de las personas, medio ambiente, la integración de las redes de transporte y de energía o la cooperación cultural y científica.
Sobre ellos la PEV aporta los llamados Planes de Acción que definen un programa de actividades conjuntas específicas con prioridades a medio y largo plazo y cuyo seguimiento es anual (informes de progreso publicados en primavera). La mayoría de países vecinos disponen de acuerdos bilaterales en vigor y de Planes de Acción Vecindad. Israel, Jordania, Moldavia, Marruecos, la Autoridad Nacional Palestina, Túnez y Ucrania disponen de planes de acción desde 2005, Armenia, Azerbaiyán y Georgia desde 2006 y Egipto y Líbano desde 2007. Pero además la PEV ha supuesto un impulso decisivo para el refuerzo de las relaciones contractuales bilaterales de los vecinos con la UE. En los vecinos del Este los acuerdos de cooperación serán sustituidos por acuerdos de asociación de última generación. En los vecinos del Sur los acuerdos de asociación están siendo enriquecidos por estatutos avanzados y partenariados privilegiados. En todos estos casos se incluirán nuevos acuerdos de acceso a mercados (los llamados Deep and Comprehensive Free TradeAreasDCFTAs en sus siglas en inglés) una de las nuevas ofertas de la PEV.
Financieramente, hasta 2006 los programas de asistencia financiera no reembolsable adscritos a estos países se dividían en diferentes instrumentos geográficos (TACIS, para los vecinos del Este y MEDA para los del Sur del Mediterráneo). Con la PEV la asistencia financiera no reembolsable se unifica en un solo instrumento (Instrumento Europeo de Vecindad y Asociación -ENPI en sus siglas en inglés-) con tres tipos de programas (bilaterales; regionales (Este/Sur) e intervecindad; cooperación transfronteriza) y la asistencia reembolsable a través de los préstamos del BEI y en mucha menor medida del BERD. La creación de la PEV supuso un aumento considerable en los montos de financiación destinados a los países vecinos tanto del ENPI (más de 12 millardos de euros durante estas Perspectivas Financieras) como del mandato externo del BEI (más de 8 millardos de euros). En las Perspectivas Financieras 2014-2020 la asistencia financiera de la PEV mantendrá unos niveles elevados.