La proliferación de armas de destrucción masiva (ADM) nucleares, químicas y biológicas, y sus sistemas de lanzamiento, plantea una amenaza creciente para la paz y la seguridad internacionales. Aunque los tratados internacionales y los regímenes de control de las exportaciones de tecnologías sensibles han puesto freno a la difusión de ADM y sus vectores en las últimas décadas, varios Estados han conseguido desarrollar dichas armas o están intentándolo. El riesgo de que grupos terroristas adquieran tecnologías de doble uso o materiales nucleares, radioactivos, químicos o agentes biológicos, añade una nueva dimensión crítica a esta amenaza.
Como se expone en la reciente Estrategia de Seguridad Nacional, al igual que en la
Estrategia de Seguridad Europea, España no puede ignorar dichas amenazas. La proliferación de ADM y de sus sistemas de lanzamiento representa un riesgo para la seguridad de nuestros Estados, nuestros pueblos y nuestros intereses en todo el mundo. Enfrentarse a este desafío debe ser un elemento central de la acción exterior de España, en coordinación con sus socios y aliados.