Desde la independencia, la inestabilidad ha marcado la realidad de muchos países de la región y, en numerosas ocasiones, ha provocado guerras civiles en países como Costa de Marfil, Liberia, Nigeria y Sierra Leona, así como una sucesión de golpes de Estado. En los últimos años, sin embargo, los países de África Occidental han logrado solucionar progresivamente sus discrepancias internas por la vía política y democrática y, de esa manera, se han evitado conflictos bélicos. Las muestras más recientes de esta tendencia han sido la transición llevada a cabo en Gambia en 2017, las pacíficas y transparentes elecciones celebradas en Liberia en 2017 y 2018 y el desbloqueo de la situación política en Guinea-Bissau. Todo ello ha convertido a África Occidental en un ejemplo para todo el continente en labores de diplomacia preventiva y resolución multilateral de conflictos, especialmente en el marco de la CEDEAO.
La región también afronta otros desafíos importantes como el narcotráfico y la piratería en el golfo de Guinea, donde los piratas usan medios cada vez más violentos que ponen en peligro la capacidad de los países de la zona de explotar y comercializar sus recursos. A estos retos, de gran inquietud para la comunidad internacional, se les va dando también, poco a poco, soluciones multilaterales. Así, proyectos como el Proceso de Yaundé buscan implicar a los países del golfo de Guinea en la vigilancia de esta región marítima a través de la creación de centros regionales de control. España apoya esta iniciativa y participa en el grupo G7++ Amigos del golfo de Guinea.
Asimismo, el terrorismo y el radicalismo violento azotan la cuenca del lago Chad o Nigeria, la nación más poblada de África, donde la secta radical islámica Boko Haram lucha por imponer la ley islámica. De nuevo, esfuerzos regionales como la constitución de la Multinational Joint Task Force han permitido combatir con éxito al grupo terrorista y reducir su capacidad de actuación.
Todo esto permite afirmar que la región se democratiza, se pacifica y mejora sus estructuras multilaterales. Además, el liderazgo económico de países como Nigeria, Senegal, Ghana o Costa de Marfil, con economías cada vez más prósperas y competitivas, muestra también el enorme potencial de crecimiento de la región, que será clave para dar oportunidades a los ciudadanos y, en especial, a los jóvenes, sin que tengan que verse obligados a abandonar sus hogares.
África Occidental es una de las regiones de interés prioritario para la política exterior española en África Subsahariana, donde ha afianzado una relación estratégica con los países de la región basada en la igualdad, la confianza mutua y el respeto a la soberanía. Esa relación también ha quedado reflejada en el ámbito de la Cooperación, sobre todo en Senegal, el Sahel y los países del golfo de Guinea. En ese sentido, la CEDEAO, como bloque de integración regional, se ha convertido para España en una organización de referencia con la que mantiene una estrecha cooperación.