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Presentación del Informe Mundial sobre la Malaria en Maputo

27 de diciembre de 2018

El pasado 19 de noviembre tuvo lugar en Maputo la presentación del Informe Mundial sobre la Malaria 2018, dentro de los actos conmemorativos del programa Roll Back Malaria (RBM) y el lanzamiento del nuevo programa “High burden to high impact” por la OMS y el Partenariado RBM, con una serie de actos y ponencias que se desarrollaron durante tres días.


El objetivo del nuevo programa es triple: generar un nuevo impulso político, catalizar el uso estratégico de la información como base para la definición de políticas de salud pública contra la malaria, y definir nuevos términos de referencia para estrategias nacionales de aquellos países más afectados. La Directora Regional para África de la OMS, Matshidio Moeti afirmó que “nadie debería morir de una enfermedad que se puede prevenir, diagnosticar y tratar”, al tiempo que señaló que la urgencia de esta llamada a actuar contra la malaria debe hacerse a nivel nacional e internacional dentro de los programas públicos de salud.


La presentación del Informe Mundial 2018 corrió a cargo del Director del Programa Global contra la Malaria de la OMS, el español Pedro Alonso, y la Directora Regional Moeti. Por parte mozambiqueña la organización del acto y la representación institucional correspondió a la Ministra de Salud, Nazira Abdula.


La Embajada de España fue uno de los invitados en un lugar preeminente junto con la Fundación Graça Machel y UNITAID, como reconocimiento a la sólida cooperación que en el sector de salud viene desarrollando AECID, y en particular el apoyo de España al Centro de Investigación contra la Malaria de Manhiça, a donde se desplazaron en los días siguientes gran parte de los invitados internacionales al encuentro.


El Informe Mundial contra la Malaria de 2018 presenta un balance con claroscuros: en los últimos tres años los progresos se han ralentizado a niveles de 2013, habiéndose detectado 219 millones de casos de malaria en 2017 (3.5 millones más que en 2016), de los cuales más de 150 millones se han producido en el África Subsahariana. La malaria se está convirtiendo cada vez más en una enfermedad africana, con Nigeria (25%) a la cabeza, seguido de la República del Congo (11%) y Mozambique (5%), junto con Uganda, Burquina Faso, Camerún, Ghana, Mali, Níger. En el resto del mundo India refleja, a partes iguales, los mayores avances y el mayor nivel de afectados (4% del global). De nuevo, en 2017  de las casi 450.000 muertes en el mundo, el 70% corresponde a África Subsahariana, afectando sobre todo a los sectores más vulnerables: las mujeres y los niños menores de 6 años (61%). Entre los éxitos están las próximas certificaciones de países libres de malaria para Argelia, China, El Salvador, Argentina, Paraguay y Uzbekistán.

El mensaje de la OMS  es galvanizar la voluntad política internacional para poder alcanzar los dos grandes objetivos de la Estrategia Técnica Global contra la Malaria 2016-2030 de reducir el número de muertos y reducir el impacto de la enfermedad en un 40% para 2020. Ello conlleva más llamamientos a reforzar la financiación internacional a través del Global Fund, de UNITAID. Es reseñable que en una veintena larga de los países más afectados por la malaria, países muy dependientes de la ayuda al desarrollo para los sectores de salud, los niveles de financiación per capita de los programas contra la malaria se han ido reduciendo desde 2015. Frente a la reducción de la financiación del 95% en la República del Congo, Mozambique por el contrario incrementó la financiación por persona en cerca del 20%.

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