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Embajada: funciones e historia

Residencia Embajador, Palacio Palhavã​



​Los orígenes datados del Palacio de Palhavã (o Palhaván, como también es denominado) se sitúan en el siglo XVI habiendo constancia documental de unas casas señoriales en lo que debía ser una finca de recreo en las afueras de Lisboa.


El segundo Conde de Sarzedas, Luis Lobo da Silveira, adquirió Palhavã en 1660, derribando los edificios anteriores y construyendo un Palacio con jardines. Fue su hijo Rodrigo quien concluyó con fastuosidad el Palacio de Palhavã, siendo iniciativa suya la construcción de la puerta monumental en la que puso el escudo de la familia. Durante un siglo, el Palacio vivió una época de esplendor siendo uno de los más notables de Lisboa ya que fue residencia de varios miembros de la Familia Real. En 1747, los Condes de Ericeira y Marqueses de Louriçal adquieren el Palacio y lo alquilan al Rey Don João V “El Magnánimo” para residencia de tres de sus hijos naturales, los llamados “Meninos de Palhavã”. El terremoto de 1755, que tanto afectó a Lisboa, dejó sin embargo intacto al Palacio. Los Meninos acogieron en sus jardines y ayudaron con alimento y vestido a más de dos mil personas cuyas viviendas habían sido destruidas. 

Entre 1765 y 1769, Palhavã sirvió de residencia al Marqués deAlmodóvar, Embajador del Reino de España ante la Corte de Lisboa. Tras el destierro de los Meninos a Buçaco, en 1760, los mejores muebles fueron confiscados por el Marqués de Pombal y el Palacio comienza un largo período de decadencia. Sus terrenos sirven de campamento para las tropas napoleónicas durante la invasión francesa, sufriendo daños muy considerables cuando, en 1833, queda en medio de los enfrentamientos entre el ejército absolutista y el liberal. Ese lento declive continúa hasta que la propiedad es adquirida por el tercer Conde de Azambuja, quien lleva a cabo unas ambiciosas obras de restauración con el arquitecto Joaquim Possidonio da Silva instalándose en el edificio en 1862. ​

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El Reino de España compra el Palacio de Palhavã el 12 de marzo de 1918 para establecer en él su Embajada en Portugal. Desde 1939 Palhavã es la residencia del Embajador de España, siendo las oficinas de la Cancillería trasladadas al palacete Mayer en la rua do Salitre. En septiembre de 1975, el Palacio sufre un asalto en el contexto de las protestas contra el régimen de Franco, destruyéndose casi todo su mobiliario. Gracias a la ayuda del Gobierno portugués, durante más de dos años se llevan a cabo importantes obras de restauración y se redecora con el mobiliario actual. El 5 de mayo de 1978, Sus Majestades los Reyes de España, Don Juan Carlos y Doña Sofía, acompañados por el Presidente de la República portuguesa, Don Antonio Ramalho Eanes Eanes y su esposa, reinauguran el Palacio de Palhavã.

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En sus magníficos salones podemos encontrar tapices flamencos de los siglos XVI y XVII, muebles de diversos estilos de los siglos XVII y XVIII, y lámparas de cristal de Bohemia del siglo XIX. Los azulejos del vestíbulo merecen especial atención al tratarse de azulejos del siglo XVIII, con corona real debida a los Meninos de Palhavã. Entre sus obras pictóricas, cabe destacar el retrato de Margarita de Austria atribuido a un discípulo de Velázquez, los óleos de residencias de la Familia Real española del italiano Fernando Brambilla (1763-1834), los cuadros de aves de Adrien van Utrecht (1559-1652), la serie “Parábolas y milagros” de la escuela flamenca de Maarten de Vos (1532-1603), el cuadro “La rendición del Elector de Sajonia ante el Emperador Carlos I” de Luca Giordano (1634-1705) o el retrato de S. M. El Rey Don Juan Carlos en uniforme de Capitán General de Ricardo Macarrón (1926-2004). En el patio principal y en la escalinata que da acceso al Palacio es reseñable la estatuaria del genovés Bernardo Schiaffino del siglo XVII y en sus jardines a tres niveles se mantienen desde 1720 cuatro elegantes fuentes barrocas italianas de mármol blanco con motivos mitológicos.


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CRONOLÓGICA DE EMBAJADORES EN PORTUGAL enero 2024.pdf.pdf