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Día Internacional de Conmemoración en Memoria del Holocausto

6 de febrero de 2015
Copia de Holocausto2.JPG
 
El embajador de España, Ángel Vázquez, participará el próximo día 8 de febrero en el acto de homenaje a las víctimas del Holocausto que tendrá lugar en La Paz. La ceremonia se desarrollará en el Cementerio Judío, situado en Villa San Antonio.
 
Con este motivo, la embajada de España quiere recordar la labor humanitaria desempeñada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación durante los terribles días de la persecución judía en Europa. En aquellas aciagas circunstancias, un puñado de diplomáticos españoles en diferentes ciudades de Europa desplegó sus mejores esfuerzos para salvar miles de vidas de judíos perseguidos. Los testimonios de aquel drama de la Humanidad han sido mostrados en la exposición  “Más allá del deber”, en la que se rinde tributo a la labor callada, y heroica en ocasiones, de unos servidores públicos que antepusieron sus convicciones morales a cualquier otra exigencia.
 
“Durante los difíciles años de la Segunda Guerra Mundial, la respuesta humanitaria y el respeto hacia la dignidad de la persona por parte de un grupo de diplomáticos y miembros del Servicio Exterior de España destinados en la Europa del Holocausto, consigue salvar a algunos miles de judíos de la deportación y del exterminio.  Sin su desinteresada protección, irremediablemente habrían encontrado la muerte.
 
Sus intervenciones individuales van más allá del simple cumplimiento del deber ético o profesional: guiados solo por su conciencia, sin consultar con su gobierno y a veces incluso abiertamente en contra de su política, arriesgarán sus vidas, sus carreras e incluso la seguridad de sus familias, por la defensa de seres humanos (en su mayoría, compatriotas suyos) con independencia de su raza o religión.
 
Ante la persecución étnica tanto física como legal a la que fueron sometidos, muchos judíos encuentran en las representaciones diplomáticas de España la solidaridad y la caridad de unos funcionarios públicos del Servicio Exterior que optarán por su compromiso con la ética y la moral, por el camino de la honestidad y de la honradez, aun en el caso de que el interés superior del Estado se vea comprometido por ello.
 
Desafiando a la barbarie nazi, interpretan “generosamente” las instrucciones que reciben de Madrid y, por iniciativa propia, expiden documentos de protección, liberan a detenidos, proporcionan escondite, facilitan la evasión, organizan la repatriación… Dan al cumplimiento de su función de servicio a los demás nada menos que el objetivo de salvaguardar la libertad y garantizar la vida.
 
La mayor parte mantiene en secreto su actuación; nunca hablarán del bien que hicieron.  Su silencio, incluso ante sus familias –que se enterarían muchos años después-, era connatural a su misión.  Por ello, sus nombres y sus hazañas han permanecido injustamente en el anonimato durante décadas sin ver reconocidos su implicación y buen hacer.  Cónsules generales, ministros, cancilleres, vicecónsules, encargados de negocios o agregados trabajan con admirable modestia y total discreción protegiendo a sefardíes españoles al amparo del Decreto de Primo de Rivera de 1924.
 
Les mueven fines distintos: la protección de sus connacionales como principio jurídico o inclusive como cuestión de orgullo patriótico; a otros, profundas creencias y principios cristianos o simplemente humanistas; a muchos, la simpatía hacia el mundo sefardita, al que se habían acercado en anteriores destinos diplomáticos; a todos, unos valores sin duda encomiables.
 
La deuda de gratitud que tenemos con ellos convierte a la exposición “Más Allá del Deber” en un justo homenaje al valor y denodado esfuerzo con que aquellos diplomáticos y funcionarios de nuestro Servicio Exterior pretendieron la salvación de miles de vidas, sin adjetivarlas con razas, fronteras, nacionalidades o religiones.  Mantener viva su memoria les asegura nuestro recuerdo y un incuestionable y merecido tributo”.
 
José Antonio Lisbona
COMISARIO

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